Mis pies querrán caminar hacia donde estás durmiendo, pero seguiré viviendo.
No son los días lo que recordamos, sino los momentos.
Las lágrimas son palabras que la boca no puede decir ni el corazón puede soportar.
Tu ausencia se nota en nuestros corazones.
No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que tienes.
En lo profundo de la tierra, mi amor está mintiendo, y debo llorar solo.
Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.
No hay palabras para describir lo mucho que siento tu pérdida.
Llorar es hacer menos profundo el duelo.
Ahora es nunca, todo es nada, si no descanso en tu mirada.
La historia nunca dice adiós. Lo que dice siempre es un hasta luego.
Lloramos porque alguien tan adorable debería tener una vida tan breve.
Recordar es el mejor modo de olvidar.
Los verdaderos paraísos son los perdidos.
Da palabras de tristeza; el dolor que no habla agarra el corazón forjado y lo obliga a romperse.
La muerte es un tránsito, es un camino hacia la vida eterna, es una nueva vida.
La pérdida nos enseña mejor el valor de las cosas.
No diré: no llores; porque no todas las lágrimas son malas.
El tiempo no duerme los grandes dolores, pero sí los adormece.
Debemos abrazar el dolor y quemarlo como gasolina para nuestro viaje.
El duelo es un proceso, no un estado.
El dolor es una fruta. Dios no las hace crecer en ramas demasiado débiles para soportarlas.
El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.
A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd.
Ya ves que es tan honda la pena sentida, que nada hay más triste que el último adiós.
Una vez terminado el juego, el rey y el peón se vuelven a la misma caja.
La vida es la novia de la muerte.
El que está para morir siempre suele hablar verdades.
El honor de un pueblo pertenece a los muertos, los vivos solo lo usufructúan.
Morir no es otra cosa que cambiar de residencia.
La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.
Quien enseña al hombre a morir, le enseña a vivir.
Un bello morir honra toda una vida.
Los años son escobas que nos van barriendo hacia la fosa.
El mundo es una posada y la muerte es el final del viaje.
La muerte sólo será triste para los que no hayan pensado en ella.
No existen las despedidas entre nosotros. Allí donde estés, te llevaré en mi corazón.
El desprecio de la muerte, he ahí el principio de la fuerza moral.
Feliz el que ha muerto antes de desear la muerte.
¡No existe la muerte! Lo que tal parece es una simple transición.
Más espanta el aparato de la muerte que la muerte en sí.
No teme la muerte quien sabe despreciar la vida.
El arte de la vida es el arte de evitar el dolor.
El que vive de recuerdos arrastra una muerte interminable.
La muerte es un sueño sin sueños.
Te digo adiós para toda la vida, pero toda la vida seguiré pensando en ti.
Muy sentida es la muerte cuando el padre queda vivo.
La muerte no es más que un cambio de misión.
En realidad los seguros de vida son seguros de muerte.
La muerte es el puerto de todos los dolores.Pedro Antonio de Alarcón y Ariza
Vive para ti sólo si pudieres, pues sólo para ti, si mueres, mueres.
Suicidarse es subirse a un coche fúnebre en marcha.
Solo sanamos de un dolor cuando lo padecemos plenamente.
He meditado a menudo sobre la muerte y encuentro que es el menor de todos los males.
Nacer es comenzar a morir.
No te aflijas. Cualquier cosa que pierdes vuelve a ti en otra forma.
En este mundo no hay nada cierto, salvo la muerte y los impuestos.
Cuando no se teme a la muerte, se la hace penetrar en las filas enemigas.
Nada es más fácil que censurar a los muertos.
El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos.
Un académico es un hombre que se convierte en sillón cuando muere.
Mis pies querrán caminar hacia donde estás durmiendo, pero seguiré viviendo.
No son los días lo que recordamos, sino los momentos.
No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que tienes.
En lo profundo de la tierra, mi amor está mintiendo, y debo llorar solo.
Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.
No hay palabras para describir lo mucho que siento tu pérdida.
Llorar es hacer menos profundo el duelo.
Ahora es nunca, todo es nada, si no descanso en tu mirada.
Recordar es el mejor modo de olvidar.
Los verdaderos paraísos son los perdidos.
La pérdida nos enseña mejor el valor de las cosas.
No diré: no llores; porque no todas las lágrimas son malas.
El tiempo no duerme los grandes dolores, pero sí los adormece.
El duelo es un proceso, no un estado.
El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.